En los últimos días, enormes incendios están destruyendo miles de hectáreas de la reserva natural de Corazón de la Isla, en Tierra del Fuego. Las llamas llevan ya seis días y recién ayer llegaron brigadistas, un avión hidrante y dos helicópteros con helibalde enviados por el Gobierno para intentar controlarlo.
Los encargados de la logística de contención decidieron dividir el incendio en 6 sectores donde cada cuadrilla trabaja con equipamiento adecuado a la zona afectada y equipos de agua como autobomba.
Según informó el diario El Sureño de Tierra del Fuego, el fuego se desató en la reserva provincial “Corazón de la isla”, situada a pocos kilómetros del municipio de Tolhuin, en el centro geográfico del territorio fueguino, y ya abarca cerca de 5.000 hectáreas de bosque nativo, en un área que crece con el correr de las horas.
Las columnas de humo fueron detectadas el miércoles desde el destacamento Lago Escondido de la secretaría de Protección Civil, y, al arribar a la zona, los primeros brigadistas se confirmó que los focos habían comenzado en inmediaciones del Río Claro y del llamado “Refugio Fueguino”, un parador turístico emplazado en la ex Estancia Carmen.
El Gobierno fueguino desplazó hasta el lugar a 30 brigadistas divididos en tres grupos, con equipos de combate del fuego y de comunicación, a la vez que se conformó un comité de emergencia para coordinar las tareas.
Qué dicen desde el Gobierno fueguino
“Nos estamos enfrentando a condiciones climáticas que son sumamente desfavorables. Las ráfagas de viento de hasta 90 kilómetros por hora no han cesado, lo que imposibilita también el uso de helicópteros para trasladar y tirar agua”, señaló Pablo Paredes, director provincial de Manejo del Fuego, en declaraciones difundidas por el área de prensa del Gobierno fueguino.
Asimismo, Paredes confirmó que la provincia dio aviso de lo ocurrido al Sistema Nacional de Manejo del Fuego “para informarlos acerca de la situación y pedirles que estén en estado de alerta", en caso que la emergencia avance y se necesite de su ayuda "para sofocar el incendio que podría extenderse por varios días”.
