A 12 años de la consagración de Francisco, la intimidad de las seis estaciones que en 257 minutos llevaron a Jorge Bergoglio al papado – GENTE Online
 

A 12 años de la consagración de Francisco, la intimidad de las seis estaciones que en 257 minutos llevaron a Jorge Bergoglio al papado

Preparó la valija para algo más de un par de semanas, pero nunca más volvió a Argentina. Paso a paso, como en un vía crucis de fe, el derrotero de aquel 13 de marzo de 2103 que consagró al porteño y Revista GENTE cubrió desde el Vaticano.
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"Buona sera", fue lo primero que dijo Francisco al aparecer en el balcón principal de la Basílica de San Pedro, después de que el cardenal protodiácono Jean-Louis Tauran, secundado por miembros de la Curia romana, anunciara que era el nuevo líder de la Santa Sede. Había pasado más de una hora desde que fuera elegido (77 votos entre 115 electores), surgiera la fumata blanca partiendo desde la chimenea de la Capilla Sixtina y se calzara la clásica sotana que visten los papas: Jorge Bergoglio (por entonces de 76) se acababa de consagrar papa de la Iglesia Católica.

Aquí, desde Revista GENTE -y permítannos el juego-, retrocederemos el almanaque una docena de años para contar en presente, en tiempo real y en las seis estaciones que fueron sucediéndose, los 257 minutos que llevaron a Jorge Mario Bergoglio desde el Cónclave papal a presentarse ante el mundo.

Tras aterrizar en Roma el 27 de febrero (cinco días antes de inicio de las congregaciones generales), hospedarse en el hotel de siempre (el Domus Internationalis Paulus VI, de Via della Scrofa 70), transitar el primer cónclave del martes 12 de marzo (que no terminaría dirimiendo el nombre del nuevo papa) e iniciar la segunda jornada asistiendo a una misa protocolar en la Capilla Paulina, el cardenal argentino avanza, a las 3:56 PM de Italia y junto a los otros 114 candidatos, por la Sala Regia del Palacio Apostólico Romano, cruzando el umbral de la Capilla Sixtina, rumbo al segundo día de cónclave y a la quinta ronda de votaciones que determinará –o pospondrá, en caso de que nadie sume los dos tercios– quién sucederá a Benedicto XVI... Cierto dato prominente predice un potencial favoritismo: en 2005, pese a haber obtenido 40 de los 77 votos necesarios para aspirar a la asunción, Bergoglio les había pedido a sus patrocinadores que se abstuvieran de escogerlo a él en la vuelta siguiente, lo que convertiría finalmente al alemán Joseph Ratzinger (durante la misma sumó 84 entre 115) en Pastor Supremo.

Papa Francisco. El camino al pontificado
Bergoglio arribando a la capital italiana el 27 de febrero como John Njue, arzobispo de Kenia. Desde aquella jornada el porteño no volvió a desandar los 11.142 kilómetros que lo separaban de nuestro país: jamás regresó a Argentina.
El ingreso de los cardenales a la Capilla Sixtina, situada dentro de la Basílica de San Pedro construida entre los años 1506 y 1626.

Una vez dejado atrás el pórtico de madera de la Sixtina, y luego de varias ceremonias protocolares, los postulantes se sientan en escritorios individualizados con sus nombres. A continuación reciben una papeleta rectangular con la frase, en italiano: “Elijo como Sumo Pontífice”. Bergoglio la completa y la dobla en dos, se acerca al altar y la coloca en una urna cubierta. Dentro de la imponente construcción de 40,9 metros por 13,4, bajo El juicio final y los legendarios frescos que hace medio millar de años empezara a pintar el renacentista Miguel Ángel Buonarotti, nuestro representante observa atento a los tres cardenales escrutadores elegidos al azar, que contabilizan el resultado.

Jorge Bergoglio leyendo un tramo de la Sagradas Escritura, como cada uno de sus pares.
La Biblia, la mano y el anillo cardenalicio del argentino.
Papa Francisco. El camino al pontificado
El obispo italiano Guido Marini cerrando las puertas de la Capilla Sixtina para el comienzo del segundo día de cónclave que determinaría el sucesor de Benedicto XVI.
Papa Francisco. El camino al pontificado
La puerta sellada de la Sixtina.

“¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?”, le pregunta entonces el decano local Giovanni Battista Re a Jorge Bergoglio. “Sí, acepto”, contesta a las 19:06. “¿Con qué nombre deseas ser conocido?”. “Me llamaré Francisco”. Una columna de humo claro, entrado el anochecer, surge de la chimenea reinstalada en la capilla, inspirando el estruendo popular en la Plaza San Pedro. La fumata blanca –consecuencia de la combustión de clorato de potasio, lactosa y colofonia– anuncia una elección exitosa, cuya cifra (a la fecha todavía sin trascender, al menos en forma pública) ascendería a más 90 votos, entre los 115 emitidos, para el ganador.

Papa Francisco. El camino al pontificado
La fumata blanca que adelantaba la elección de Su Santidad, generada por una de las dos chimeneas instaladas en la Sixtina: la más moderna, la que funciona con sistema electrónico.

Dentro de la sellada Sixtina, Bergoglio camina solo hacia el altar, gira a la izquierda e ingresa a la Sala de las Lágrimas (sencilla, nunca abierta a los turistas). Va al baño. A continuación medita, toma del perchero una sotana mediana –entre los tres talles provistos por la casa romana Gammarelli–, el ajuar (camisa, medias...), la estola y la esclavina roja. Deja de lado los tres pares de zapatos rojos y opta por conservar los propios, los negros, los de siempre. De regreso a la capilla, ya vestido de Santo Padre, lo sorprende el largo aplauso de los purpurados, que se acercan a felicitarlo. “Queridos hermanos, que Dios los perdone por elegirme”. Francisco agradece y cierra el Cónclave papal con su estilo irónico.

Papa Francisco. El camino al pontificado
La sencilla Sala de las Lágrimas, a pocos metros de la Capilla Sixtina.
Papa Francisco. El camino al pontificado
Los preparativos para el gran día.
Otra toma del mismo sitio, con los tres talles de sotanas provistos por la casa Gammarelli (Francisco optó por una mediana), el ajuar (camisa, medias), la esclavina roja y la estola.

Me fui a rezar a una capilla cercana a la Sixtina. Escuché aplausos. Se abrieron las puertas y quien producía el humo de la fumata me comentó: ‘Ganó el tuyo’. Entonces lo vi allá, atrás de todo, de blanco, bajo el 'Juicio final' de Miguel Angel. Era Bergoglio, era el nuevo obispo de Roma. No-lo-po-dí-a-cre-er" (Monseñor Guillermo Karcher)

Papa Francisco. El camino al pontificado
Los 115 cardenales luego de votar, bajo la Bóveda de la Sixtina, pintada por Miguel Ángel desde 1508 hasta 1512.

Después de firmar el acta aceptando su condición de Santidad y abandonar el escritorio que lo secundó durante dos jornadas, avanza desandando, de manera oblicua, la Sala Regia, de nuevo hacia la Cappella Paolina que, construida en 1540 por el arquitecto florentino Antonio Cordiani, actualmente cumple funciones de parroquia. Reza el Santísimo Sacramento en el centro de los últimos dos cuadros pintados por Miguel Ángel (La conversión de San Pablo y la Crucifixión de San Pedro –donde el artista de Arezzo aparece autorretratado–). El incesante repiquetear de campanas de la basílica le entrega su música a gran noticia, anticipando el arribo de Francisco, de Su Santidad número 266, del primer jesuita y latinoamericano, de un argentino que acaba de adquirir plena potestad sobre la Iglesia Católica.

Papa Francisco. El camino al pontificado
Los cartuchos usados para lanzar el humo negro (se utilizó tras el primer día de cónclave, cuando no se terminó eligiendo sucesor) y blanco (en el segundo y definitivo), y la lapicera con la que Jorge Bergoglio firmó el acta que lo consagraba Papa, antes de anunciarse frente al mundo.
Papa Francisco. El camino al pontificado
El escritorio que el porteño usara durante el Cónclave papal, tal como hoy se lo conserva en el Vaticano.
Papa Francisco. El camino al pontificado
La Sala Regia, en la Cappella Paolina. Allí, recién consumado Santo Padre, Francisco rezaría el Santísimo Sacramento.

Se dirige a la contigua Sala de las Bendiciones. Lo secundan su compatriota, monseñor Guillermo Karcher (oficial de Protocolo y Ceremonial de la Secretaría de Estado del Vaticano), y el cardenal francés Jean-Louis Tauran, quien desde el balcón –también denominado De las Bendiciones– entrega la inolvidable frase: “¡Habemus papam!”. A las 20:23 surge Francisco. Acompaña a la ovación local –y sorpresa del planeta–, su primer mensaje: “Parece que han ido a buscar al obispo de Roma casi al fin del mundo –inicia aquel inolvidable párrafo–. Ahora comenzamos un camino de fraternidad y amor. Recen por mí. Muchas gracias por vuestra acogida. Nos veremos pronto”.

Papa Francisco. El camino al pontificado
Luego avanzaría por la Sala de las Bendiciones.
Papa Francisco. El camino al pontificado
Camino hacia el Balcón de las Bendiciones de la Basílica de San Pedro que da a la plaza homónima, donde se aguardaba al aparición de flamante Santo Padre.
Papa Francisco. El camino al pontificado
Francisco presentándose al mundo como nuevo Papa, tras el cónclave. Su nombre (Francisco, por San Francisco de Asís y por San Francisco Javier, de la Compañía de Jesús) y su rostro se dieron a conocer a las 20:13 hora local, 15:13 de Argentina.
Su saludo a los cien mil feligreses que aguardaban en la Plaza de San Pedro aquel 13 de marzo de 2013. Muy pocos imaginaban un santo padre latinoamericano y argentino cuando Benedicto XVI renunció a su cargo el 11 de febrero previo.

Fotos: Diego García y Archivo Grupo Atlántida
Arte de portada: Silvana Solano
Agradecemos a Monseñor Guillermo Karcher

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