Débora D'Amato volvió a vivir una experiencia hermosa en el último tiempo tras ser madre. En esta oportunidad, Charo llegó a sus vidas y le permitió ser madre por segunda vez. Sin embargo, las dudas se hicieron presentes, pero la felicidad de tener en sus brazos a la pequeña le iluminaron la vida.
Tras la emoción y la alegría que sintió con el nacimiento de la pequeña, el pasado 5 de diciembre, empezó a preguntarse cómo reaccionaría Lola, su primogénita que tiene unos cuantos años. Sin embargo, tras recibir el alta foto fue felicidad.
Sobre la situación que le tocó vivir, reflexionó en sus redes sociales: "Los tres primeros días de regreso a casa fueron... ¿cómo decirlo?... difíciles. No sé si fue la complicación de los pechos (tema que mejoró, después paso tips y solución que me brindaron en el hospital), la cesárea que aún molesta, el calor agobiante, el post parto o todo eso y en el orden que quieran... pero fueron bastante difíciles".
Manteniendo el optimismo, añadió: "Hoy arrancamos la semana ordenadas, con la premisa de 'hacemos lo que podemos y no lo que queremos' y felices. Confieso que Lola colabora y transita con una madurez que no solo me suma si no que me sorprende y llena de orgullo".
Por último, cerró diciendo: "No tenía una sola expectativa ni exigencia: solo decidí que la acompañaría en la que le toque y le tocó la mejor versión (gracias a Dios sobre todo por ella). Esta es la que nos toca a nosotras. Ni mejor ni peor ni únicas en el universo".
No está de más recordar que Débora eligió armar una familia monoparental, por lo que ella asume el 100% de la crianza y de la responsabilidad sobre las hijas, algo de lo que nunca se arrepintió, pero que sabe que es cansador.
