Los emblemáticos taxis amarillos que inundaban las calles de Nueva York están en peligro de extinción. A la crisis económica de 2019 se le sumó la pandemia de coronavirus que terminó hacer tambalear al sector y hoy su futuro es incierto.
“Antes de la pandemia había cientos de taxis amarillos en este estacionamiento, hacíamos la fila afuera y esperábamos 20 minutos. Ahora somos 50, y esperamos dos horas”, relató Joey Olivo, un chofer experimentado, que teme por su empleo.
Y agregó: “Es duro: mis ingresos cayeron un 80%; ganaba quizás 1.000 dólares por semana, ahora estoy en 200-300 dólares”.
Otro de los embates fue la llegada de la competencia de Uber, Lyft y otras aplicaciones, con lo cual ya habían mermado drásticamente sus ganancias, que podían superar los 7.000 dólares mensuales si trabajaban largas horas, siete días por semana.
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Ante este triste escenario hubo unos 8 suicidios de choferes de taxi.
“Antes de la pandemia, los viajes estaban en baja de 50%. Desde la pandemia, estamos cercanos al 90%”, indicaron fuentes del sindicato de choferes.