El caso del triple crimen narco de Florencio Varela volvió a estremecer este lunes con la aparición de la primera imagen que confirma la relación entre Tony Janzen Valverde Victoriano, conocido como “Pequeño J”, y Lara Gutiérrez, la menor de las tres víctimas asesinadas.

La foto fue difundida en exclusiva por Desayuno Americano (América TV) y se convirtió en un documento clave dentro de la causa. En ella, puede verse al joven narco peruano junto a Lara, de 15 años, en un contexto que, según los investigadores, correspondería a los días previos a la masacre.
El periodista Carlos Salerno fue quien presentó la imagen al aire: “Documento exclusivo y por primera vez en la causa. Esta foto del noviazgo entre Lara y Pequeño J. Este que ves acá de pantalón blanco es Pequeño J, Tony Valverde, Tony Janzen Valverde".
"Este es un prófugo de la justicia —dijo Salerno señalando a otro hombre que aparece en esa imagen—. Hay cuatro prófugos. Este está prófugo, por eso tapamos la cara. Esta es Lara Gutiérrez. Esto es un video y acá, tapadísima, una de las principales testigos de la causa. Esta chica dio fe del noviazgo que había entre Pequeño J y Lara de manera encubierta, porque Pequeño J estaba de novio con una chica en La Matanza, de hecho vivía prácticamente en esa casa”, precisó el periodista.

El periodista explicó además por qué la foto es tan relevante: “¿Por qué mostramos esta foto, que es un video? Porque el entramado empieza acá... Esta foto es de uno de los videos que tiene la Justicia, que son varios, y pudieron probar que había una relación entre Lara y Pequeño J. Había una relación de tiempo atrás”.
Hasta ahora, la existencia de ese vínculo era apenas una sospecha dentro de la investigación. Pero la imagen, tomada de un video incorporado a la causa, permitió confirmar que Lara conocía a Pequeño J y que mantenía con él un contacto más estrecho del que se creía.
Este dato encaja con la hipótesis que los fiscales sostienen desde la semana pasada: que el triple crimen estuvo vinculado al robo de 400 kilos de cocaína.
Qué se sabe del supuesto robo de 400 kilos de cocaína
Según reveló el abogado Guillermo Endi, defensor de Lázaro Víctor Sotacuro y Florencia Ibáñez, el móvil de la masacre fue una venganza narco por la desaparición de un cargamento millonario.
El periodista Paulo Kablan detalló: “El abogado contó que el móvil del crimen serían 400 kg de cocaína robada. Es un montón... La historia es así. Una de las chicas, la menor, Lara, de 15 años, tiene un noviecito fuera de la villa pero con vinculación delictiva con una banda de narcomenudeo y ella tiene relación también con otro integrante de otra banda dentro de la villa”.
De acuerdo con ese relato, la adolescente habría sido el nexo entre dos grupos narcos. “En uno de esos días que está con este segundo personaje, ve que en el lugar había un cargamento importante de cocaína y se lo cuenta a su noviecito de afuera y le dice: ‘ayúdame, marcame el lugar’. Él le dijo: ‘Dale alguna pastilla para que se duerma’”, añadió Kablan.

El cargamento desapareció poco después. “Le dijo dónde estaba y de una forma u otra fueron y le robaron la droga. Y la droga desapareció. Al jefe le llegó la información de que faltaba la mercadería y exigió explicaciones. El que estaba a cargo del lugar de la seguridad era Pequeño J y su gente”, explicó el periodista.
Ese botín, valuado en millones de dólares, habría desatado una cadena de represalias que culminó con la tortura, el asesinato y el descuartizamiento de las tres jóvenes.
La foto que ahora salió a la luz se convirtió en una pieza fundamental para entender cómo se cruzaron las historias de una adolescente de 15 años y un narco peruano de 20. Y, sobre todo, cómo ese vínculo pudo ser el punto de partida de una de las masacres más brutales de los últimos tiempos.
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