Las separaciones no tienen por qué ser siempre traumáticas: están los que pueden tomar la decisión a tiempo y acuerdan que -a pesar de los diferencias- lo más importante es la separación en paz. Tolerancia, madurez, cuidado personal y de los hijos, son factores que favorecen un corte sin estridencias dañinas.
“Las parejas ya no soportan las crisis que perduran en el tiempo y dejan desgarros emocionales difíciles de curar. Solo los vínculos de codependencia, los que convierten la relación en un acuerdo inconsciente de posesión y sumisión, son los que tienen más problemas a la hora de decir basta”, asegura el doctor Walter Ghedín, psiquiatra y sexólogo
La clave es un buen diálogo
“Los cambios en las relaciones amorosas en pos de la igualdad y de las libertades individuales, con mayor comunicación de las necesidades de cada uno, permite vislumbrar con más rapidez cuando el vínculo no transita por el camino correcto. Escucho “así no va” o “en un principio la relación era una cosa y ahora es otra y no me gusta” Tampoco la opción de “darse un tiempo” se ve como una decisión reparadora”, asegura el especialista.
Cuando la unión se cortó por común acuerdo hay más posibilidades de mantener una buena relación con los o las ex. “Desde el punto de vista emocional llevarse bien con la expareja es vivido como un acto de crecimiento y madurez emocional. Las ganancias serán entonces mayores que las pérdidas”, asegura el psiquiatra.
“La actitud actual permite darle un valor no solo al recupero del vínculo con el/la ex, sino que revalúa en forma favorable lo vivido juntos, ejemplo: se recuerda más los hechos positivos que los negativos. Las culpas y los autoreproches se desvanecen. Se mira el pasado con más comprensión y aceptación”, explica.
Se puede tener un vínculo después de la separación
Para las parejas actuales aceptar la vida pasada del otro, es más, compartir eventos con los/las ex, ayuda a evitar muchos conflictos, sumando libertad y más amor recíproco. “Encontrarse en las reuniones y asistir a las fiestas de los hijos juntos son parte de un modelo que cada vez tiene más vigencia y aceptación”, confirma el especialista.
“La presencia de celos es muy rechazada. Recordemos que los celos generan una luz de alarma que nadie quiere mantener encendida. Las personas que son víctimas de la posesión celosa están más atentas y preparadas para decir “esto no lo quiero en mi vida”. Aceptar a las exparejas ya es un gran paso a favor del amor actual, favorece la estima personal (capacidad de madurez) y refuerza los acuerdos vinculares”, concluye el doctor Walter Ghedín.
