En Buenos Aires hay rincones donde la cultura se sirve con aroma a café. Y si bien todos conocen clásicos como Las Violetas o La London, hay un Petit Palais oculto que sorprende incluso a los más entendidos.
Mariela Blanco, especialista en turismo cultural, le cuenta a Revista GENTE todos los detalles de este hallazgo porteño que se encuentra emplazado dentro del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires, en Callao 1540.


En ese punto porteño que podría definirse como la parte más exclusiva de Recoleta, a pocos metros de la avenida Alvear, desembarcó una reconocida cadena de café caracterizada por su pastelería de alto nivel… aunque lo que verdaderamente vuelve único al lugar, más allá de su carta, es el invaluable tapiz que decora una de sus paredes: un imponente mural de Raúl Soldi.
Por el precio de un café con leche se puede contemplar Las mujeres sabias, una obra monumental de 12 metros de largo por casi 4 de alto que el artista pintó en 1964 como escenografía para la obra homónima de Molière en el Teatro Nacional Cervantes.
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Después, en 1972, el propio Soldi la donó al Colegio de Escribanos porteño. Lo increíble es que esta obra se salvó del incendio que destruyó gran parte de las instalaciones del teatro en 1961.
Hoy, como por milagro, se luce en uno de los salones de este Petit Palais prácticamente escondido del circuito turístico. Y sí, la paradoja es que acá está a la vista de todos.
"Soldi -el mismo que pintó la cúpula del Teatro Colón y expuso en el Vaticano- dejó aquí un legado que combina arte, historia y cotidianeidad en una postal porteña perfecta", señala Blanco, autora de Leyendas de ladrillos y adoquines y La historia es noticia, libro de reciente publicación.
"Es un rincón de la ciudad donde la arquitectura conversa con una obra maestra, jazz y aroma de café, como si las artes hubieran encontrado al fin su refugio compartido", resume la periodista.


Un plan cultural con sabor a café. Acá lo encontraste, ideal para ir con alguien que aprecie el arte, o para darte un gusto en soledad, como quien descubre un tesoro.

Los secretos de Buenos Aires en un libro
Con La historia es noticia, el libro que presentó hace unas semanas en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, Mariela Blanco ofrece una experiencia sensorial, un viaje en el tiempo a través de palabras y diseño.
Allí plantea una suerte de transmisión en vivo desde “el lugar de los hechos”, como si volviera a ponerse el traje de la cronista de exteriores, dirigiéndose a un lector al cual todo el tiempo trata de "usted" y con quien, sin embargo, va trabando un vínculo entrañable a medida que avanzan los capítulos y se conocen distintos destinos.
En la introducción Blanco se presenta como una “periodista del pasado” que tiene la dura misión de encontrar una primicia alrededor de edificios que están inmóviles desde hace más de un siglo.

“Sería más fácil mi oficio si una casona de Palermo se divorciara, fuera infiel, cambiara de look o tuviera ataques de pánico. Por eso he tenido que rebuscármelas escalando cúpulas, atravesando túneles, entrando a casas en peligro de derrumbe y tirándome en el piso para tomar una fotografía desde un ángulo inédito”, ironiza.
Inspirado en los antiguos diarios impresos, el libro fue concebido como un objeto de colección: está diseñado a dos columnas, con una tipografía que remite a los periódicos de hace un siglo, y se imprime en hoja ahuesada, evocando aquellas amarillentas de los ejemplares que aún se conservan como tesoros en bibliotecas y hemerotecas.
"La idea fue recuperar el valor tangible del papel, la elegancia de la tipografía antigua y ese perfume visual de los medios que forjaron opinión, estilo y cultura", explica Blanco. El resultado es un libro que no sólo se lee, sino que también se contempla: una pieza editorial que destaca por su originalidad en un tiempo dominado por lo digital”, entiende.