Luisa Albinoni visitó ayer a la noche a Fer Dente en Noche al Dente, el programa de América TV y, en la entrevista, hubo varios momentos emotivos, pero el más importante fue cuando habló de su hija Verónica y la definió como "su motor en la vida".
La actriz adoptó a la pequeña después de un largo historial de complicaciones para tener hijos. "Después de que perdí mi último embarazo a los 52 años yo tomé esa decisión. Esa decisión hizo que terminara con mi última pareja porque él no estaba de acuerdo con la adopción", empezó diciendo Luisa.
Luego, relató que esa era una deuda pendiente de prácticamente toda su vida. "Pero yo ya había perdido embarazos, y había perdido un hijo a los 19 años que nació, y yo quería ser mamá. Era mi sueño ser mamá. Y llegó a mi vida esta cosa hermosa, Verito", continuó con el corazón en la mano Luis Albinoni.
En ese momento, Fer Dente le preguntó cómo conoció a Verónica. "Yo era madrina del hogar, soy madrina de varios hogares. Y sin saber que iba a ser mi hija yo la había recibido a ella de bebé con sus hermanitos. Un buen día me llamaron cuando le decretaron el estado de abandono, ella tenía cinco añitos, me llamaron del juzgado, para ver si yo aceptaba la guarda", respondió la actriz.
"Yo no entendía nada, a mí me entraron a pasar las caras de todos los chicos, había tantos chicos que no tenía idea quién podía ser. Metí en el bolso cualquier cosa, nada sirvió, salí como una loca", continuó explicando.
"Para ser aceptada... porque era una época difícil, yo era monoparental, estaba sola, ahora es más fácil. Ahora incluso adoptan las parejas homosexuales y es bárbaro eso... hay una libertad. Los chicos lo que necesitan es amor, todo lo demás no sirve, son pavadas de la sociedad", expresó sobre la adopción actual.
Luisa Albinoni habló del proceso de adopción de su hija Verónica
Luego, cerró diciendo cómo fue el proceso de adopción. "Me acuerdo de que me había cortado el pelo, me había sacado el esmalte, no me pintaba, para dar una buena impresión con el juez, ya que todos me conocían", comentó.
Por último, Luisa Albinoni cerró diciendo: "Lo primero que ella me dijo cuando vio mis películas, no me decía mami de entrada, fue: 'señora Luisa, píntese las uñas de rojo y déjese el pelo largo de nuevo'. Porque le gustaba cómo me veía en las películas. Tardó en decirme mamá, el día que me dijo mamá fue el día más feliz de mi vida, es mi motor".
