A más de 800 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, en el sur de la provincia, hay un pueblo que supo desaparecer bajo el agua y hoy renace gracias a la pesca. Se trata de Chapalcó, una pequeña villa balnearia que en 1983 sufrió una devastadora inundación cuando la laguna de Chasicó se desbordó y arrasó con todo a su paso, cubriendo unas 12 mil hectáreas. La catástrofe fue tal que muchos afirmaban que había “dejado de existir en los mapas”.
La crecida fue brutal. Durante años, sólo se veía una única casa asomando sobre el agua: la de la familia Dallavia. El resto del pueblo quedó sepultado bajo la laguna. La única estructura pública que resistió fue la oficina de la delegación municipal. Pero los años pasaron, el agua bajó, y con ella volvió lentamente la vida. Muchos de los antiguos pobladores decidieron regresar para reconstruir lo que el agua había arrasado.
El resurgir llegó de la mano del pejerrey. La laguna de Chasicó se convirtió en un paraíso para los pescadores, revelando un recurso natural que transformaría la economía local.

Hoy, Chapalcó es uno de los destinos preferidos para los aficionados a la pesca deportiva, que cada fin de semana se acercan para probar suerte y capturar ejemplares de gran tamaño. El turismo creció al punto de que en la zona ya hay casas de pesca, alquiler de botes, cabañas y almacenes que reciben a los visitantes.
Chapalcó es compartido por dos partidos: Villarino y Puán, y se ubica a 99 kilómetros por la Ruta Nacional 22. La laguna de Chasicó, además de ser hábitat de más de 140 especies de aves, mamíferos y vegetales, es la única del país ubicada por debajo del nivel del mar, a unos 21 metros. Fue declarada Reserva Natural Provincial y ofrece actividades como deportes náuticos, baños terapéuticos, safaris fotográficos, trekking y cabalgatas.

Cómo llegar a Chapalcó, el pueblo que hoy es elegido por los amantes de la pesca
Quienes viajan desde Buenos Aires deben tomar varias rutas —la autopista Perito Moreno, la Autopista del Oeste, la RN 5, la RN 35, la RN 22 y la RP 18 desde Médanos— para llegar a este punto recóndito donde la naturaleza se impuso, pero también devolvió una segunda oportunidad. La historia de Chapalcó es la de un pueblo que supo ser olvidado, pero que se reinventó desde sus orillas para seguir existiendo.